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  • Foto del escritorBastian Sebill

¿Culpable o inocente?

Cae la tarde, el invierno está por llegar. Las últimas hojas caen como balas al suelo acolchonado. El único reducto para ver el cambio de estación, es la pequeña ventana orientada al sur con barrotes, que tiene la celda.

Afuera las gotas aplauden el agua y estallan contra la tierra reseca. El frío abraza mi piel cuando mojo mis manos, mientras la lluvia las acaricia. Lava mis penas, limpia mi alma. La cárcel me ciega y nubla mi mirada. El tiempo es la eternidad que tengo para pensar en mis actos pasados. Lo he matado es cierto, y con él, la vida se ha llevado todo cuanto he tenido.

Mis lágrimas caen en el charco y se diluyen en agua celestial. No soy digno de vivir. Si no hay amor... ¿Cómo se vive? Antes podía pensar, sentir, amar. Lo negro de la muerte arranca a girones poco a poco, los despojos que sobran de mi cuerpo.

Nada será lo mismo. Lo eterno es efímero y lo temporal durará por siempre.

Si me preguntas cómo me siento. Te diré... ¡he enloquecido!

Si matas, no destruyes una vida. Aunque sea por error desarmas una familia, creas odio donde amor había. Todo acto acarrea consecuencias. Las mías me consumen día a día. Hoy cargo con pesar la muerte de Robert Aasgard.

Recuerdo muy bien aquella noche.

Londres febrero 27 de 1819. Cuarto de hora para la media noche. Volvía de cenar con mi amigo y colaborador Sir William Lotton. La niebla cubría las calles. Como almas del infierno se deslizaba por el empedrado y desparecía en las rendijas de ventilación. Podría decir que estaba sólo en la calle. El silencio era ensordecedor. De repente un hombre me voltea. Caigo al piso y en segundos me despoja de mi reloj y mi dinero. Se incorpora y desaparece.

El golpe en mi cabeza me mantiene aturdido un instante. Logro incorporarme y comienzo a perseguirlo. El sonido de sus pasos apresurados lo delata y grito.

¡Ayuda! ¡Ayuda! me ha robado. Nadie responde al pedido. Las pocas luces de las casas oscurecen con mis gritos. Tropiezo y al caer encuentro un arma a un costado de la calle. Seguramente se le cayó al ladrón en el apuro. Giro el tambor y con asombro me doy cuenta que está lleno.

Lo persigo, lo tengo a mi alcance. Dobla a la derecha en la siguiente esquina, y mis pies pisan su sombra.

Me detengo y grito...

¡Alto o disparo!

Mi corazón se sale de sus fauces por la persecución y mis ojos empapados de sudor, no me dejan divisar bien al ladrón. La noche estaba cercada por edificios de poca monta y la ciudad dormía el mejor de sus sueños.

¡Alto o disparo! -repetí con voz seca y asustada.

Mis palabras retornaron a mi boca cuando el ladrón giró sobre los talones y una sonrisa socarrona se dibujó en sus labios. Mi furia fue tan grande ante su indiferencia que vacié el arma sin piedad.

A través de la niebla que en ese momento había crecido de altura, se podían ver los agujeros que las balas habían hecho en su trayectoria.

Divise el cuerpo de un hombre caer contra la calle como plomo. Mientras me acercaba oía gritos y el llanto de una niña cubría el cuerpo inerte de su padre.

Mi rostro fue pasando de la certeza al desconcierto cuando vi la sombra del ladrón perderse en la oscuridad, y al mismo tiempo una mancha de sangre corría por los surcos del empedrado, buscando el camino de la muerte. Caí de rodillas a los pies de esa niña desconcertada, arrojando el arma lo más lejos que pude.

En el tiempo que me llevo salir del trance del shock, la Policía había esposado mis manos temblorosas, mientras la niña con su mirada fija en mi culpa me escudriño de arriba a abajo, haciendo que mis ojos bajaran de vergüenza pidiéndole un perdón infinito.

Todo lo que sucedió después fue tan rápido, que no logro recordar nada.

La habitación donde paso los últimos momentos que a mi vida le restan, juega con mi locura como un mago con el público.

La lluvia sigue tragándose la tarde y la mirada de antaño muere conmigo en un llanto ahogado.

Mi nombre es Francis Atwood, médico y asesino de un inocente.


@Bastian.Sebill

Adrogué, Buenos Aires, Argentina.

Domingo 26 de mayo de 2019.

17:45

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